Equipo
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Desde pequeña me ha apasionado ser un apoyo para los demás. Conectaba con todo tipo de personas y sentía que quería ayudar a otros teniendo los conocimientos y estudios necesarios
Estudié la carrera de psicología, y nada mas acabar me volqué en especializarme como psicóloga sanitaria, para poder acompañar a personas a afrontar situaciones difíciles
Trabajo ayudando a adultos, padres, niños y adolescentes desde un enfoque terapéutico centrado en el acompañamiento emocional y en el desarrollo de habilidades, proporcionando las herramientas necesarias para superar esas dificultades que puedan surgir en el transcurso de la vida
Con una sólida formación académica y un enfoque cognitivo-conductual, trabajo desde este tipo de terapia que permite a mis pacientes explorar, comprender y gestionar sus emociones, pensamientos y comportamientos, dándoles herramientas para que ellos sean los protagonistas de sus propias vidas.
Soy Lorena Martínez
Siempre he sentido una profunda vocación por la psicología y su capacidad para generar cambios positivos en la vida de las personas. Mi objetivo es acompañarte en el proceso de comprensión y manejo de las dificultades emocionales y psicológicas que puedan estar afectando tu bienestar
Me gradué en Psicología en la Universidad de Valencia y obtuve la especialización en Psicología General Sanitaria. Además, cuento con un máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental, lo que me permite aplicar enfoques terapéuticos basados en la evidencia científica más reciente.
Trabajo con niños, adolescentes y adultos, en terapia individual, grupal, familiar y de pareja, adaptando cada intervención a las necesidades específicas de cada persona. Mi enfoque es cognitivo-conductual, pero integrador, porque considero que no existe un único camino en terapia. Cada persona es única, y por eso combino diferentes estrategias terapéuticas para ofrecer una intervención personalizada y efectiva.
Mi prioridad es crear un espacio seguro y de confianza, donde puedas expresarte libremente y sentirte acompañado/a en todo el proceso. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía, y es el primer paso en tu camino hacia sentirte mejor.